Alegraos y regocijaos…


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 

delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

Mi humilde objetivo es hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, 
procurando encarnarlo en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades. 
Porque a cada uno de nosotros el Señor nos eligió 
«para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor» (n.2)

Acaba de dirigirnos el Papa a los cristianos una «exhortación apostólica», sobre «la llamada a la santidad en el mundo actual», que como decía hace unos días «el médico del blog», bien merece nuestra lectura reposada y reflexiva, en el intento de asimilar su contenido e incorporarlo a nuestro vivir cotidiano… Es un tema al que le cuesta abrirse paso en el mundo que vivimos, porque al no amoldarse a la cultura imperante, ésta «se defiende» de ello, considerándolo como algo «amenazante»; y no sólo no es así, sino que es la santidad, «eje vertebrador» que engloba la vida, orientando «los latidos de nuestra dignidad hacia el querer de Dios… lo dice San Pablo, «ésta es la Voluntad de Dios, vuestra santificación» (1Tes. 4,3).

Como seres únicos, el Señor tiene un camino diferente para cada uno; lo que interesa entonces, según el Papa, es que cada creyente discierna su propio camino y saque a la luz lo mejor de sí, aquello tan personal que Dios ha puesto en él (1 Co 12, 7). Es la santidad una conquista a nuestra medida, desde «la esencia» de lo que ya somos portadores, y que hemos de desplegar hasta enriquecer al conjunto…

Nos dice el Papa: «Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: a los padres que crían con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo. En esta constancia para seguir adelante día a día, veo la santidad de la Iglesia militante. Ésa es muchas veces la santidad «de la puerta de al lado», de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios, o, para usar otra expresión, «la clase media de la santidad»(n.7)…

Sintamos esta llamada y personalicemos la gracia que Dios nos ofrece, para que nuestro propio don expanda su mejor fragancia… No tengamos ambiciones fuera de nuestras capacidades… la santidad no se elige, se acepta… Dios es quien nos trabaja como artesano, dando sabor y color, a nuestra «particular» sustancia… El camino nos puede resultar arduo por inexperiencia y por falta de recursos para dar «tono» a lo que hacemos desde esta perspectiva tan práctica y sencilla que nos quiere enseñar el Papa… «Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra»… «Sé santo luchando por el bien común y renunciando a tus intereses personales»… «Esta santidad a la que el Señor te llama irá creciendo con pequeños gestos»… «Aprovecha las ocasiones que se presentan cada día para realizar acciones ordinarias de manera extraordinaria»… Así, bajo el impulso de la gracia divina, con muchos gestos vamos construyendo esa figura de santidad que Dios quería, pero no como seres autosuficientes, sino «como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios» (n. 17)…

Pensemos despacio en el contenido que nos ofrece la iglesia en la voz de su Pastor y no temamos a los caminos de la Voluntad de Dios, que son senderos que conducen a la libertad verdadera y a los bienes que no terminarán jamás… Dejémonos enseñar por el Papa que tiene muy avanzado su camino de entrega a la santidad y puede ayudarnos a que lleguemos también nosotros… 

Recordemos a los enfermos del blog… a todos, uno a uno… también a sus familias… ellos están trazando un diseño con el pincel de la confianza que tenemos que mover entre todos para que la obra no se manipule por el camino más corto, que es siempre ineficaz… es donde la tentación del abandono quiere seducir a los que van decididos a no cambiar de ruta, por desconocidos e inciertos que parezca el terreno pedregoso que transitan… Ayudémonos a ser fieles y aventurar en esta obra que no es nuestra, pero que no puede hacerse sin nosotros… Amparemos nuestras súplicas en la intercesión del Beato Tito y pidamos con fe y confianza, los frutos de nuestra fe, sincera… humilde… insistente… perseverante… 
«confiando en el Señor, no me he desviado»…

Beato Tito, ruega por nosotros…

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María

"Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante"…


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 

delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


«Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; 
el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; 
porque sin mí no podéis hacer nada. 
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, 
pedid lo que deseáis, y se realizará. 
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; 
así seréis discípulos míos» (Jn. 15, 5-8).

La simbología que utiliza Jesús en el evangelio de San Juan, es extremadamente sugerente… Iluminada por el acontecimiento Pascual, remarca mucho los matices que vinculan al discípulo con el maestro… el fruto que nos une a la gracia, está centrado en la Persona de Jesús, por la relación y la amistad íntima… Nos conduce Jesús a su mismo corazón, y desde allí, nos «desvela», hasta «revelar», secretos muy profundos que nos hacen descubrir mundos nuevos, y caminos por donde recorrerlos…

La vida cristiana es esencialmente misionera y fecunda, y tiene que ser llevada por nosotros hasta este punto… pero lo es por participación... la savia tiene que circular para ser trasmitida… no es una vivencia subjetiva de un don mayor que nosotros… hemos de ir al fondo y emerger desde la raíz para ofrecer lo recibido gratuita y generosamente, desde la infinita bondad y misericordia de quien nos lo da todo gratis y en abundancia…


«Permanecer en mí», dice Jesús… Permanecer en la gracia de Dios… sí, por la oración… por los sacramentos, en especial la Eucaristía… por la lectura de la Palabra… desde ahí dar fruto abundante… Por el bautismo somos injertados en la vida de Dios; esto  significa que tenemos en nosotros su misma vida… Podemos entonces, pensar… sentir… actuar como Dios… Y, por si esto nos resultara algo lejano de entender, Él mismo se hizo uno de nosotros para explicarnos con lenguaje humano todas estas cosas divinas… Jesús, de forma muy sencilla, se identificó con la vid, y a nosotros con los sarmientos… Pensando en la íntima unión que existe entre ambas, entendemos todos a qué unión vital con Jesús estamos llamados para dar fruto…

Hemos sido creados, como dice san Pedro, «para participar del mismo ser de Dios». Y esto, no de forma abstracta, sino real… Ésta es la grandeza, la inmensa dignidad y el verdadero valor de todo ser humano, y su vocación en este mundo. Por lo tanto, tomemos conciencia de los dones tan grandes que nos han sido dados a partir de la RESURRECCIÓN de Jesús… Estamos llamados a vivir una vida transformada, que no tiene puestos los ojos en las cosas tan pequeñas que nos ofrece el mundo, sino en las metas tan altas para las que vivimos. Porque el don ya esta dado, pero nosotros nos tenemos que incorporar a él… Para ello, debemos ordenar una y otra vez, nuestros actos y toda nuestra vida según la Palabra de Jesús, Vid a la que tenemos que ir uniéndonos cada vez con más perfección, hasta que toda la vida de Jesús, corra por nosotros. Entonces habremos cumplido realmente nuestra vocación… Seremos personas «realizadas»… seremos felices… La felicidad a la que somos llamados comienza ya en la tierra; es la gran noticia…


Recordando a los enfermos del blog y queriendo acercar a cada uno las gracias que nos brinda la fe, recemos como cada día, amparados en la intercesión del Beato Tito, a fin de conseguir un aumento de paz y esperanza en cada corazón, que «siendo podados» por la Voluntad de Dios, se preparan así para dar frutos de vida en su persona y en su entorno… El misterio en que habitamos nos supera, pero nos incluye… por tanto, dejemos a Dios ser Dios, y vivamos cobijados a la «sombra» de su infinito amor… seguros… confiados… pequeños… Dios es nuestro Padre, el Labrador… Jesús, la Vid Verdadera… nosotros, sus sarmientos»…
«confiando en el Señor, no me he desviado»… 

Beato Tito, ruega por nosotros…

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María

"Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras"…


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 

delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


«Dice Felipe a Jesús: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». 
Jesús le replica: «Hace tanto tiempo que estoy con vosotros, 
¿y no me conoces Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. 
¿Cómo dices tú: «Muéstranos al Padre»? 
¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? 
Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. 
El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. 
Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. 
Si no, creed a las obras» (Jn. 14, 8-11).

El misterio que encierra la Persona de Jesús, no deja de cuestionar a los suyos; y en ellos, podemos vernos también nosotros… Quiere Jesús «desvelarnos» con su Palabra, secretos que necesitamos para vivir… y ¡cómo nos cuesta acercar sin resistencias el oído a sus propuestas!!… La vida necesita raíces que nos den firmeza a la hora de enfrentarnos con realismo, a su verdadero contenido, aunque desconocido… incierto… inseguro… Es la Palabra de Jesús, un intento por su parte, de abrirnos camino, situándonos en una perspectiva más real, más firme, más consistente, que donde solemos apoyar nuestros sueños «infantiles» de omnipotencia, creyéndonos los dueños del mundo…

Somos sólo ¡y nada menos! que criaturas; eso sí, salidas de las manos del Creador para vivir en relación filial y amorosa, con Él y entre nosotros… y ¡¡no lo entendemos!! nos cuesta asimilar la única verdad que contienen nuestros días sobre la tierra… Seducidos por el bienestar… lo placentero… lo efímero…nos separamos de la fuente quedándonos al margen de la corriente de donde tenemos que fluir, para realizarnos como seres humanos, creados a imagen y semejanza de Dios Creador…


Bien podemos decir que la Palabra que tenemos delante es un canto a la confianza… Parece que Jesús está deseando dársenos ÉL mismo; a cambio, eso sí, de una condición, ¡¡que se lo pidamos!!… Es como si estuviera esperando nuestra oración de petición, llena de confianza, para abrirnos de par en par las puertas de su misericordia… Nos insiste una y otra vez en que le pidamos… No nos pone, pues, una condición difícil, o insuperable… lo tenemos al alcance de la mano… necesitamos sólo, «pedir»… Y sin embargo, esto que parece tan sencillo, implica adoptar ante el Señor una actitud de profunda humildad… Reconocer que lo bueno que hay en nosotros, nos es concedido por el único Bueno… es «creer» en su Palabra y estar seguros de que lo que nos dice se cumplirá… 

Hemos de abandonar nuestra vida en sus manos, seguros de que de ésta forma, nuestra vida está a salvo… y, al mismo tiempo, esta bondad de Jesús nos está reflejando el verdadero rostro del Padre, de quien Él es su imagen perfecta… se hizo hombre precisamente para que conociéramos en Él, al Padre… Y si tal es la revelación que nos hace del Padre, ¿Qué duda puede haber de confiarnos enteramente en sus manos?… No temamos al dolor y al sufrimiento; Él anduvo por delante de nosotros ese camino, y nos enseña que el final está mas allá: en la Resurrección y en la Vida… Vivamos en comunión e intimidad con las divinas Personas… Es nuestra felicidad en esta vida, y lo será además para siempre…


Acerquemos entonces, como solemos hacer cada día, a los enfermos del blog, a esta gracia que compartimos al rezar unidos, unos por otros… Pensemos en todos, uno a uno… también en sus familias y presentemos a Dios nuestra súplicas, de manos del Beato Tito,  nuestro intercesor… De Dios se alcanza, cuanto de Él se espera, y nuestras insistente perseverancia, es ya fruto de la fe, que queremos expresar desde dentro de la confianza; aún en los peores tramos que nos hacen sentir vulnerables… Pero nos conforta y consuela saber de quién nos fiamos y quién camina con nosotros, diciéndonos cómo… por dónde… hacia dónde…
«confiando en el Señor, no me he desviado»…

Beato Tito, ruega por nosotros…

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María

"Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí"…


Seguimos haciendo ruta, y volvemos a pararnos ante el calendario, que vuelve a marcar 27… hoy de abril… Agradecemos al Señor y al Beato Tito, la gracia de nuestra comunión, que se consolida… El interés sincero de unos por otros, que crece… La oración suplicante que mantenemos viva, ayudándonos a vivir la fe por el camino seguro de la confianza de corazón… El tiempo va creando entre nosotros vínculos reales… objetivos… sentimos latir como propio, los problemas de los otros en nuestro corazón, y queremos acercar al dolor de cada uno, el bálsamo del consuelo con que la fe toca el alma, dejando a su rastro, el hálito de Dios Omnipotente, que vive a nuestro lado todo lo que nos envuelve, aunque sintamos -a veces- que caminamos a oscuras…


«Dijo Jesús: «En la casa de mi Padre hay muchas moradas; 
si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. 
Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo,
 para que donde estoy yo, estéis también vosotros. 
Y adonde yo voy ya sabéis el camino». 
Tomas le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, 
¿cómo podemos saber el camino?». 
Jesús le responde: «Yo soy el camino y la verdad y la vida.
 Nadie va al Padre sino por mí» (Jn.14, 2-6).


Cada acontecer de nuestra vida, doloroso o feliz, es un tramo del camino que Jesús nos prepara para que vayamos al cielo… Aunque a veces nos abrume el sufrimiento, o no encontremos sentido a lo que nos pasa, no podemos distanciarnos de la confianza, porque nuestra vida ha sido diseñada por Dios con amor infinito… Nada de lo que nos sucede escapa a su mano… Todo nos va conduciendo a aquella morada que nos tiene reservada en la casa del PADRE, nuestro destino final… Afrontemos con ánimo el camino, sin perder de vista la meta que nos espera… El Señor utiliza todas las experiencias en nuestra vida para hacernos crecer y madurar; ésta es su manera de ir «haciéndonos nuestro sitio» en el cielo… Nos hace además una promesa: «volverá para llevarnos con Él; para que donde esta ÉL, estemos también nosotros»…

Ante semejante futuro no nos acobardemos por tener que pasar por los «dolores del crecimiento»… Jesús se hizo nuestro camino, para que no temamos ante los momentos difíciles… Él pasó por ahí antes que nosotros, y ahora nos acompaña; nunca nos deja solos… Él nos tiene un amor entrañable, y podemos atrevernos a decir que estamos ya en el cielo con Él… porque después de su RESURRECCIÓN, se ha unido de modo inseparable con cada uno de nosotros… Está a nuestro lado y ante el Padre, intercediendo por nosotros, nombrándonos uno a uno, con nuestros problemas… nuestras necesidades… nuestros esfuerzos por ser mejores… nuestras luchas… nuestras debilidades…  Él nos tiene en cuenta en todos y cada uno de los momentos de nuestra vida, y nos infunde la Suya, para que le conozcamos… le sigamos… y avivemos el deseo de estar con Él para siempre…



Nos sentimos pequeños… vulnerables… tenemos a veces miedo a lo no controlable que nos sobrepasa… pero aún así, queremos dejarnos conducir, apoyados en su Palabra, transida de promesas y esperanza… La perseverancia en el tiempo va haciendo que nuestra fe sea mas consistente… más objetiva… más fundamentada… Su Palabra instruye… conforta… anima… no cambia nada, y a la vez el horizonte no se cierra en la noche… en la duda… en el dolor que nos hace sufrir…

Incluyamos hoy en nuestro recuerdo un pensamiento, que una el cielo y la tierra, haciendo racimo por la gracia de la comunión de los santos, a todos los que nos sentimos y somos, «peregrinos de la confianza, desde la intercesión del Beato Tito»... la raíz que nos vincula, nos permite firmeza ante «las mecidas» de la vida, que hace estragos dolorosos y nos deja vacíos, que sólo podemos «suavizar» con la esperanza del cielo… Recemos por cada uno y sintámonos incluidos en la oración de todos… Ayudemos a los que pasan tramos más difíciles y duros, y renovemos nuestra fe en Jesús… creamos en Él, y guardemos en el corazón su Palabra… Ella florecerá y nosotros daremos frutos de vida… Nada, ni nadie, podrá separarnos de la confianza de corazón, donde queremos permanecer firmes y seguros… porque, Dios es Fiel…

«confiando en el Señor, no me he desviado»…


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 

delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

Beato Tito, ruega por nosotros…

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria…

"El que recibe a quien yo envíe, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me ha enviado"…


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 

delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!

«En verdad os digo: «El criado no es más que su amo, 
ni el enviado es más que el que lo envía. 
Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica.
No lo digo por todos vosotros; yo sé bien a quiénes he elegido… 
Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que yo soy. 
En verdad os digo: el que recibe a quien yo envíe me recibe a mí; 
y el que me recibe a mí recibe al que me ha enviado» (Jn. 13, 16-20).

Los discursos de la última cena, releídos a la luz de la Pascua, nos introducen en el misterio de la fe, desde su realidad más honda… La vida no va a responder nunca a nuestras expectativas, si no ampliamos nuestra visión del mundo y de la Obra de Dios en Él… No es la vida un reto hacia la felicidad placentera de lo primario, aunque la cultura imperante quiera seducirnos a creerlo… eso sería rebajar mucho nuestra dignidad, quedándonos en lo puramente material, superficial y pasajero…

La vida es una conquista, que se elabora con la aportación al conjunto, del don de cada uno, incluyendo a todos y todo… El pecado es una «amenaza seductora» a esta única verdad, donde queda contenida la Voluntad de Dios hacia el ser humano, pensado, amado y creado para participar de este don, haciendo posible por su adhesión libre a ello, un mundo diferente… de todos… para todos…


El acto supremo de amor, de Dios, hacia el ser humano y el mundo, es Jesús… de ahí, la insistencia en su Palabra de vincularnos a Él, como único camino válido para no distanciarnos de la Voluntad de Dios, que nos cuesta interpretar y conocer, cuando vemos con ello alterados nuestros deseos… deseos que fácilmente reducimos a lo transitorio y pasajero, imposible de saciar con ellos los anhelos de nuestro corazón, habitado por el germen de la gracia, que hemos de ayudar a crecer y desplegar hasta dar frutos… 

Es el mensaje que extraemos de esta enseñanza de Jesús, que nos vuelve a insistir en la necesidad de reordenar nuestra escala de valores, en los suyos, incitándonos al servicio y la entrega como expresión de amor y caridad… Es lo que acaba de hacer Él, dándonos ejemplo… El cristiano es un «enviado» por el Señor Resucitado… éste es el verdadero sentido de su envío:  establecer relaciones fraternas y de servicio de unos con otros, y que el ejemplo de nuestra vida sea una luz, que atraiga a muchos, a adoptar estas mismas actitudes… Seremos portadores de Dios y de su Evangelio, e iremos con ello, acercando el Reino al tiempo, realizando con ello el deseo de Dios…


Seguimos tomando conciencia de lo que supone incorporar la fe a nuestra persona, y seguimos haciendo opción por la confianza, seguros de que en esta Palabra nuestra raíz se fortalece y nuestro pisar endereza nuestros pasos a su luz… Pensamos y recordamos, como es habitual por la comunión, en los enfermos del blog… en todos, uno a uno… también en sus familias… En la necesidad de recibir socorro del cielo, miramos a los santos para ayudarnos de su intercesión… Los peregrinos de la confianza, vamos de manos del Beato Tito… ponemos en común nuestras súplicas, y las depositamos en sus manos, en la esperanza de que nos ayude a dar frutos a nuestra fe, y el cielo derrame bendiciones sobre cada uno, con las que podamos reflejar en nosotros la misma gloria de Dios… El camino tiene trayectos duros, difíciles y oscuros, pero con nosotros, viene el Buen pastor, llamándonos a la confianza y la fe, sin dudar de Dios hasta el final…
«confiando en el Señor, no me he desviado»…

Beato Tito, ruega por nosotros…

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María

"Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no viva en tinieblas"…

 Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


«Jesús gritó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, 
sino en aquel que me ha enviado.
Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en tinieblas. 
Yo no he hablado por mi cuenta, 
lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí» (Jn,. 12, 44.50).

El misterio de la Persona y de la Palabra de Jesús, no termina nunca en Él mismo, aun siendo Dios y estando en Él «recapituladas» todas las cosas… Jesús mismo vive «referido» al Padre, queriendo traer su gloria a la vida de los hombres, para que aprendamos a vivir como hijos de Dios y hermanos, unos de otros… No es el amor ningún sucedáneo de nuestros deseos de plenitud y felicidad, sino la identidad de donde partimos todos, y donde todos debemos confluir, si queremos que el mundo sea habitable y el corazón humano despliegue al vivir, toda su riqueza…

Debemos despertar a esta conciencia, que la fe posibilita, porque no estamos hablando de cosas accidentales, a las que podemos o no, adherirnos de forma interesada… Tantas veces pensamos que la fe «mutila» nuestra libertad, porque al optar por ella, tenemos que ordenar nuestras preferencias a su luz… y, no es así; por la fe, aceptamos nuestra condición de criaturas, y dando a Dios su puesto, nos dejamos conducir por Él a senderos de Vida, que mientras más cerca, más claridad pueden trasmitirnos…


Los peregrinos de la confianza nos sentimos hoy sobrecogidos, porque ciertamente los caminos de Dios nos sobrepasan, y nos quedamos sin poder interpretar sus acciones, que tantas veces, como ocurre hoy, nos hacen sentir vulnerables… Nos deja Laura Calero y sentimos un gran vacío por su ausencia… su madurez en la fe ha sido algo admirable cuando la hemos visto caminar a nuestro lado, sin que haya sido el dolor y la enfermedad un obstáculo para avanzar segura en la confianza… Tenemos que quedarnos muy vinculados a ella, porque sin duda podrá ayudarnos mucho, desde «la otra orilla», a fiarnos de Dios… Hoy «su corona» brilla por los frutos de su fe, y a su luz, agradecemos a Dios su «talla» de hija Suya que tan bien ha sabido identificarse con ella, dejándonos ver tanto de Dios en su persona… Pedimos por ella y los suyos y no dudamos que ella seguirá ayudándonos a todos a fiarnos de Dios y entrar en su Voluntad, seguros de que somos amamos sin condiciones e infinitamente…

Recordamos igualmente a todos los enfermos del blog, uno a uno… también a sus familias y mirando al cielo, como niños, suplicamos la intercesión del Beato Tito para presentar a Jesús las necesidades de todos y el empeño en conseguir la salud de todos, para gloria de Dios… Queremos madurar nuestra fe al calor de su Presencia y su Palabra, y rezamos confiados, seguros de que no vamos a quedar defraudados, por muy alto que estén sus caminos y muy tortuosos que a veces tengamos que recorrerlos… Dios es fiel, y sus promesas alientan nuestra esperanza…
«confiando en el Señor, no me desviado»…  

Beato Tito, ruega por nosotros…

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María

"Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen"…


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 
delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


«Dijo Jesús a los judíos: Las obras que hago en nombre de mi Padre
 son las que dan testimonio de mí;
pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas. 
Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. 
El Padre me las ha dado y nadie las arrebatará de mi mano. 
Yo y el Padre somos uno» (Jn. 10, 22-30).

Estas Palabras de Jesús, que traspasadas de luz por el acontecimiento Pascual, tienen capacidad plena para sumergirnos de lleno en la confianza de corazón, fueron causa para decidir la muerte al «único Inocente»… Hay «cegueras» provocadas por actitudes erróneas que hacen estrago en cualquier sitio y de cualquier modo, sin pensar siquiera qué se están cargando, y, contra quiénes están luchando… y, los que más pierden, son los mismos que, por escucharse sólo a sí mismos, se quedan siempre sin salir de sus errores… No es fácil reconocer la acción de Dios si nos acercamos a Él con prevención, haciendo análisis desde nuestros propios intereses…

La fe en Jesús vincula con la Verdad de dentro a fuera; y la Verdad no es manipulable… no podemos reducirla a nuestra medida, cuando ella tiene en sí misma capacidad de abrirnos espacios de luz donde pisar firme, en medio de cualquier neblina u oscuridad… Dios busca al hombre sin descanso, y acertamos, cuando acercando el oído y el corazón al encuentro con Él, somos alcanzados por su Don e introducidos en Él, por pura gratuidad suya… ¡¡todo es gracia!!


Repasemos los discursos de Jesús a los suyos, sumándole a su Palabra, el Don de su Victoria… estaba todo anunciado para ayudarnos a creer… Tenemos un itinerario trazado para hacer camino de experiencia real y personal con Jesús, Buen Pastor, que sabe nuestro nombre… conoce nuestros pasos… y camina a, nuestro lado… Quiere enseñarnos a vivir sin temor, a la sombra de la Voluntad del Padre, que desea pasar por nosotros el mismo amor de Jesús, que habiendo vencido a la muerte, se lanza «sin vallas», a la vida de los hombres, pregonando la buena noticia de que estamos salvados… 

Necesitamos todos renovar nuestra fe en la Resurrección y crecer nuestro deseo del cielo, en los dones que no pasan, y que se siembran y cultivan, a este lado de la frontera, del tiempo con lo eterno… Frecuentemos la gracia… incorporémosla a nuestra vida… los dones Pascuales no podemos vivirlos subjetivamente… la fe es «sustantivo»… la verdad es «sustantivo»… Dios revela los modos y las maneras de acercarnos a Él, y debemos percibir su llamada…


Acerquemos a su don los enfermos de nuestro blog… todos, uno a uno… también a sus familias… Miremos al cielo para acogernos a la intercesión del Beato Tito, y pongamos en común nuestras súplicas… Pidamos con fe, la salud para todos ellos, en el deseo grande, de ver la gloria de Dios, reflejada en cada uno de los que queremos permanecer en la confianza, sabiendo que Dios es fiel… Pasamos por cañadas oscuras, pero vamos detrás del Pastor que nos conoce y nos ama…
«confiando en el Señor, no me he desviado»…


Beato Tito, ruega por nosotros…

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María – Gloria…

"Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia"…


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 

delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


«Dijo Jesús, el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, 
sino que salta por otra parte, ese es ladrón y bandido; 
pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. 
A éste les abre el guarda y las ovejas atienden a su voz, 
y él va llamando por el nombre a sus ovejas, 
y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. 
Añadió: en verdad os digo; yo soy la puerta, 
quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir y encontrará pastos; 
yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia» (Jn. 10, 1-10).
Verdaderamente la imagen del rebaño, matiza de manera muy sugerente el acceso a Jesús, buen Pastor, y el vínculo que creamos a su Persona por la fe… puerta a veces estrecha, pero único acceso a la Vida, que se va abriendo paso, a la medida que avanzamos y nos introducimos en ella…

Distinguir cómo, dónde, por dónde… es la propuesta de Jesús, recogida en la Revelación, con que somos alertados de los peligros a que nos inducen tantas «voces seductoras» que haciéndonos creer que conducen, no hacen más que alejar de la verdad y de la gracia, a la que Jesús nos llama…


La fe, es la puerta de acceso a Jesús; y la escucha, el preámbulo a la fe… Todos estamos invitados a cruzar esta puerta, y entrar por ella hasta la misma vida de Jesús, dejando a la vez, que Jesús entre en nosotros, en nuestra vida… Atravesar la Puerta y caminar desde Jesús, es el inicio de una relación con Él, hecha de confianza y amor… Eso significa «conocer su voz»… Debemos saber detrás de qué voces caminamos y hacia dónde somos conducidos… El Pastor conoce a las ovejas, y en ese gesto significativo de pronunciar su nombre, ellas mismas le reconocen, distinguiendo su voz de las otras voces… 

Vayamos a Jesús, ¿quién puede conocernos como Él?… Él nos llama por nuestro nombre, conoce nuestros problemas, nuestros deseos más profundos, nuestras esperanzas, nuestras impotencias… Él quiere ayudarnos a encontrar buenos pastos, a ir al Padre… Él anduvo primero ese camino para que no tengamos miedo nosotros de recorrerlo… Nunca nos pedirá nada que no haya vivido Él antes… 


También los santos pueden ayudarnos, porque son esos hermanos nuestros que ya recorrieron este camino propuesto por Jesús… Ellos fortalecen nuestra fe, hablándonos desde la otra orilla y asegurándonos que vale la pena empeñar la vida en las manos de Jesús, porque todo lo que Él nos dice es verdad… Él sólo quiere llenar nuestra vida de la verdadera alegría, “esa que nadie nos puede quitar”, y que pasa por encima del sufrimiento y hasta de la misma muerte…  

Como cada día, acogidos a la intercesión del Beato Tito, ponemos en la presencia de Dios, a los enfermos de nuestro blog… a todos, uno a uno… también a sus familias… en la confianza de conseguir para ellos la salud, como fruto de nuestra fe, por la que seguimos presentando nuestras súplicas, seguros de que Dios puede hacerlo… «soñamos» confiados, ver su gloria en cada uno de los que ponemos bajo la luz de su mirada…
«confiando en el Señor, no me he desviado»…

Beato Tito, ruega por nosotros…

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María

"Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas"…


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 

delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


«Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; 
el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, 
ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; 
y el lobo las roba y dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.
 Yo soy el Buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen,
 igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; 
yo doy mi vida por las ovejas. 
Tengo ademas, otras ovejas que no son de este redil; 
también a ésas las tengo que traer, 
y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo Pastor» (Jn. 10, 11-16).

El perfil del Pastor diseñado por Jesús, con que Él se identifica, resalta un matiz muy destacado, derivándonos la atención hacia ello, para ofrecernos su mensaje; y es «la figura de la oveja», a quien le es concedido «el centro», en la actividad de la vida del Pastor…

La iniciativa parte del Pastor ¡¡todo es gracia!! y la oveja, por las actitudes que percibe -desde todos los ángulos- en su trato, llega a conocer a quién pertenece, y responde a esos estímulos quedando vinculada al Pastor como algo de su propiedad… le pertenece…


Jesús escoge en plena libertad dar su vida por nosotros…  Nos enseña con su actitud lo que es amar: amar de verdad es dar la vida por el otro… Qué lejos de nuestros fáciles juicios y acusaciones… de nuestras actitudes de enfado y de egoísmo… Hay que mirar a Jesús, nuestro Maestro y buen Pastor para situarnos frente a los demás a otro nivel… Solemos relacionarnos con los otros desde la sensibilidad, la afectación; lo que provoca en nosotros fácilmente el juicio, la crítica, el disgusto… Jesús con nosotros, adopta la actitud –desde nuestra realidad- de la acogida, la comprensión, la misericordia… Él, que es el único que nos puede juzgar, no nos juzga, ni nos acusa… Nos perdona, y así nos capacita para mirar al otro como nos mira Él…

Jesús cambia el juicio por la misericordia… Frente a nuestras incoherencias y errores, ÉL se entrega y da su vida para que en su luz reorientemos la nuestra, y sepamos hacia dónde hay que mirar… cómo tenemos que «juzgar»… cuál ha de ser nuestra actitud con los demás… Y, hasta donde debemos llegar…


Frente a LA VERDAD, que es Jesús, Buen Pastor, que da su vida por nosotros, qué lejos nos vemos… cómo se queda empañada nuestra vida en actitudes mezquinas… en juicios rápidos… en críticas fáciles… Miremos a Jesús para aprender por dónde tenemos que «caminar»… Pongamos el corazón y el oído en su Voz de Buen Pastor, y abundemos sus pastos de Vida y Luz, para avanzar por sus sendas…

Recordemos a los enfermos del blog, a todos, uno a uno…. también a sus familias… y necesitamos de la gracia, miremos al cielo suplicantes, acogidos a la intercesión del Beato Tito, a la espera del don de Dios, que no dudamos en alcanzar, por la bondad infinita de quien tanto nos ama… La gracia se acerca de mil modos hasta nosotros, y nos va alcanzando, dejándonos sentir el amor por la vereda amable de la confianza… El Señor, es nuestro Pastor, somos ovejas de su rebaño…
«confiando en el Señor, no me he desviado»…

Beato Tito, ruega por nosotros…

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María

"Las palabras que os he dicho son espíritu y vida"…


Oración escrita por el Beato Tito Brandsma el 12-13 de febrero de 1942 

delante de una estampa de Jesús, en la cárcel de Scheveningen.

Cuando te miro, buen Jesús, advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.

Este amor tuyo -bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
mas a tu gloria, en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.

Feliz en el dolor mi alma se siente:
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a ti, Señor, estrechamente.

Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a ti me asemejen redentores.

Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra:
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.

¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia:
¡que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia!


«El espíritu es quien da vida; la carne no sirve para nada. 
Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. 
Y con todo, hay algunos que no creen. 
Muchos discípulos se echaron atrás y dejaron de ir con él. 
Entonces Jesús les dijo a los doce: 
«¿también vosotros queréis marcharos?» (Jn. 6, 63-67).

Avanza Jesús un paso más y termina su discurso recogiendo las reacciones provocadas por su Palabra, que ciertamente «no han calado» en todos positivamente, pero que a la vez, no ha dejado a ninguno indiferentes… Jesús mismo nos da la clave para interpretar y acoger la revelación: el Espíritu Santo… la Fe… 

No estamos ante cualquier Palabra ¡¡si nos diéramos cuenta!!… no es la Palabra de Jesús un código de conducta que mutila y recorta la libertad del ser humano, ¡¡que no!!… es más bien un programa de vida, que capacita para «navegar contracorriente», llevando las aguas del mundo a su verdadero cauce…


Jesús es Maestro de Vida, y se acerca a nosotros para enseñarnos a vivir… Él no se condiciona por nuestra adhesión o rechazo a su don ¡¡está tan por encima de nosotros!!… en Él, sí que vemos la verdadera expresión de la libertad, que brota de la Verdad nítida, propuesta sin imponer, ofrecida sin presionar… Es un convencido de lo que dice, conociendo las causas y los efectos a que nos lleva esa conquista; remitiendo a la vez, a la paciencia que requiere, todo lo que, por ser valioso, necesita de previos y compromisos coherentes en la búsqueda de su realización…

Rezar es una manera de disponernos, reconociendo que necesitamos de la gracia para hacer este camino… queremos demostrar con nuestra insistencia que aunque torpes, e incrédulos muchas veces, estamos decididos a avanzar en este camino, que creemos, cierto y verdadero… Traemos a la memoria del corazón a todos los enfermos del blog, uno a uno… también a sus familias… y ayudándonos de la intercesión del Beato Tito, miramos al cielo suplicantes, ansiosos de ver florecer nuestra fe, en frutos de vida que glorifiquen a Dios, en las personas, que visitadas por el dolor, se acogen a la confianza, seguros de que Dios les ama, y cumplirá en ellos sus promesas de vida, amor y paz…
«confiando en el Señor, no me he desviado»…

Beato Tito, ruega por nosotros…

Señor Dios nuestro amante de la vida y de la libertad, que guiaste a tu siervo Tito a través de la noche oscura del sufrimiento, concediéndole una constancia invicta en las persecuciones. Te doy gracias por haber glorificado en la iglesia a tu humilde siervo el Beato Tito Brandsma; haz que su ejemplo suscite en muchas almas, renovadas interiormente por la fuerza de tu Espíritu, el compromiso de trabajar por la defensa de la Verdad, rehusando a todo compromiso con el error, y así lograr la verdadera libertad de los hijos de Dios. Concédenos la gracia de su canonización y el favor que te pedimos por su intercesión. Amen.

Padrenuestro – Ave María